La jardinería es una de las actividades más agradables para hacer en casa. Te da la posibilidad de conocer a profundidad el proceso de la naturaleza e incluso producir parte de tus alimentos. Sin embargo, en toda nueva aventura hay mucho que aprender. Por eso, te dejamos algunos consejos para que empecés tu propio jardín.
Poco a poco
No tratés de tener una plantación gigantesca de inmediato. Como en todo proceso de aprendizaje, lo más recomendable es que empecés poco a poco. Buscá semillas o plantas que no sean demasiado problemáticas y sembrá unas pocas para que podás monitorear cuidadosamente cada parte del proceso. Esto te ayudará a aprender a través de la observación y la experimentación. Irás viendo lo que funciona y lo que no.
Sé creativo
Te alentamos a pensar en las posibilidades. Utilizá el espacio que tenés disponible para crear un jardín único. Aprovechá los recursos que tenés a tu alrededor; rocas, distintas elevaciones y formas pueden ser útiles a la hora de estructurar tu jardín.
Ir con el clima
Cada planta tiene una época ideal de siembra para dar los mejores resultados. No tiene sentido que te pongás a sembrar en verano una planta cuya época de siembra es el invierno y el verano es, en realidad, la época en la que es cultivada. Es indispensable que te adaptés a las reglas de la naturaleza, ya que ahora estás en su territorio.
Enriquecer el suelo
Es fundamental que abonés con anticipación la tierra que querés cultivar. Hacelo progresivamente y con bastante tiempo, ya que abonar la tierra de forma impulsiva y en grandes cantidades no hará que esta absorba los nutrientes apropiadamente.
La jardinería es un proceso de aprendizaje, por lo que es inevitable que te equivoqués. Este es un proceso de prueba y error. Lo importante es que estés dispuesto a aprender de tus errores y utilizar el conocimiento que ganás de ellos.